La prevencion podría llegar desde una educación no violenta, con valores positivos, basados en el respeto y la tolerancia. Fomentando el diálogo, la negociación,y la no agresión para la resolución de conflictos.
Una educación responsable, en la que haya una comunicación positiva, interés y apoyo a sus hijos, una motivación adecuada para poder saber tomar decisiones y ser consecuentes con ellas.
Una educación basada en el reconocimiento de los logros y la sanción de los errores de forma consistente, ayudará a formar a niños con una autoestima fuerte y seguros de si mismos, conociendo sus capacidades y limitaciones.
Niños capaces de expresar sus emociones, sus medios, defender sus derechos, respetar sus compañeros, sociables.
Niños en definitiva que no necesitarán dañar ni agredir a otros para conseguir sus objetivos y niños que se defenderán de las agresiones y presiones externas, acudiendo sin miedos a las figuras de autoridad cuando lo vean necesario.
Esta manera de educar supondrá una fuente importante de prevención de este mal escolar que invade hoy las aulas.
